sábado, 21 de noviembre de 2009

«En la Patagonia» (Bruce Chatwin)

Butch Cassidy. Paquebote Soldier Prince rumbo a Buenos Aires, al llegar se alojaron en el Hotel Europa.

La agencia Pinkerton los buscaba y les avisó a las autoridades argentinas.

Su primer robo (los tres) fue en 1905, en un banco del sur de Santa Cruz

1907: Banco Nación de Villa Mercedes (san Luis).

Presencia de Garibaldi en Argentina.

La cría de ovinos se inició en la Patagonia en 1877 cuando Henry Reynard, un comerciante inglés de Punta Arenas, transporto un rebaño dese la Falklands y lo puso a pacer en la isla Elizabeth del Estrecho. Se multiplicó prodigiosamente y otros comerciantes vislumbraron las posibilidades.

Los vengadores de la Patagonia trágica (Osvaldo Bayer), historiador izquierdista. Versa sobre la rebelión anarquista de 1920-21 contra los propietarios de estancias. El cabecilla de la revuelta se llamaba Antonio Soto.

«Había muchos anarquistas en Buenos Aires, y Buenos Aires es un gran teatro.»

El mentor de Soto en Río Gallegos era un abogado y petimetre español, José María Borrero, de unos cuarenta años, con el rostro abotagado por el alcohol y una hilera de estilográficas en el bolsillo superior. Doctor en teología por la Universidad de Santiago dde Compostela, dirigía un periódico quincenal, La Verdad, que hostigaba a la plutocracia británica.

Soto exhortaba a los trabajadores a abandonar el trabajo y le obedecían: incluso se sumaron a la marcha que convocó para conmemorar el undécimo aniversario del fusilamiento de Francisco Ferrer en Montjuich (sic), Barcelona. (Soto les dijo que rendían homenaje al educador catalán tal como los católicos se lo rendían a la doncella de Orleáns o los musulmanes a Mahoma).

«La Anónima», la compañçia de los Braun y los Menéndez. Magellan Times.

Indios yaganes (Tierra del Fuego): los verbos ocupan el primer lugar en esta lengua. Los yaghanes tenían un verbo dramatico para captar cada contracción de los músculos, cada acción posible de la naturaleza o el hombre.

Sus vecinos lo llamaban «el argentino» por su soberbia, el corte elegante de sus ropas, su afición al mate y el garbo impetuoso con que en otro tiempo había bailado el tango.

Milodonte: La rueda de prensa de Ameghino (puja con el Perito Moreno) produjo otra conmoción internacional. El Museo Británico lo atosigó pidiéndole que cortara un trozo pequeño. Los alemanes querían una fotografía del animal muerto.

En Inglaterra subsistieron tantas dudas que el Daily Express financió la expedición de un tal mister Hesketh Prichard para que fuese a buscarlo. Prichard no encontró rastros del milodonte, pero su libro Through the Heart of Patagonia parece haber sido uno de los ingredientes de The Lost World de Conan Doyle.

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